La Cámara de Comercio de Salta enfrenta un panorama desalentador. Gustavo Herrera, presidente de la entidad, anticipó que cerrarán el año con una caída promedio del 30%. A través de una entrevista reveló que la última esperanza que le queda al sector son las ventas que se producirían por el Día de la Madre.
La alta inflación ha dificultado la estabilidad del comercio, generando incertidumbre entre los proveedores y los comerciantes. Sin embargo, Herrera destacó un ligero alivio al señalar que algunos proveedores han prometido no aumentar los precios hasta fin de año. «Uno por ahí se siente entusiasmado porque hay proveedores que dicen que este es el último momento de aumentos hasta fin de año«, comentó.
La disminución en las ventas ha llevado a algunas fábricas a replantear su estrategia, ya que mantener inventarios sin vender resulta poco rentable. «El hecho de que no se venda hace que a las fábricas no les convenga tener mercadería parada, por eso salen a hacer algunos convenios que están interesantes para ver si podemos terminar el año mejor«, explicó Herrera.
Con la mirada puesta en el futuro, el presidente de la Cámara de Comercio expresó su deseo de que se estabilicen los precios en los próximos meses, lo que permitiría contar con referencias más claras para operar. «De lo contrario, el panorama seguirá complicado«, advirtió, enfatizando la necesidad de evitar aumentos que agraven la ya golpeada situación del comercio local.
Para ilustrar la crisis, Herrera utilizó una metáfora impactante: «No tenemos el agua muy cerca de tapar la nariz, pero debemos tratar de no movernos demasiado y esperar que esto afloje«. A medida que el año avanza, los comerciantes en Salta continúan buscando estrategias para afrontar los desafíos que plantea la economía, confiando en que la situación pueda mejorar antes de fin de año.